¡Ha ganado el pelo! (siempre gana el pelo, siempre, siempre, siempre, no muere nunca joder)
Personalmente odio el pelo, odio depilarme, odio el dolor y odio a la listilla o listillo de turno que en mal día decidió que el pelo era antiestético en (y únicamente) la mujer. ¿No seríamos todas más felices si no tuviésemos esa preocupación? Porque el pelo jode. Jode y a propósito. El único día del año que ligas, él está ahí para recordarte lo gafe que eres. El acabamos una noche de borrachera en la playa todos en pelotas, él está ahí para que seas la pringada de turno que se queda en la arena esperando. El día que estás jugando a fútbol, baloncesto, o lo que sea y te tuerces el tobillo y tienes que ir de urgencias, él está ahí para lucirse delante de todas las enfermeras, médicas, camilleras (el de las radiografías también) y demás gente vario pinta que deambula por un hospital (y ya con un poco de suerte te vendan la pierna y el día que vuelves a que te la quiten matas de un susto al pobre pringado que le toca sacártela). Nunca muere el cabrón.
Pero bueno, ganó el pelo. Que bonito tener pareja y que no importe si un día no vas depilada, si el otro tampoco y el siguiente igual. (Pero por favor, pongamos un límite).
